La humanidad hemos afrontado a lo largo de la historia numerosas situaciones en las que la gravedad de los riesgos que afrontábamos nos han unido para superarlos. El cambio climático, las pandemias, la crisis terminal del capitalismo, la pobreza, la explotación, el neocolonialismo, la opresión de las minorías, no están produciendo el efecto social que cabría esperar en el sentido del bien común.
El actual sistema de poder agudiza las causas de la crisis fomentando la manipulación, la corrupción, la explotación, el privilegio de la minoría y la represión para la inmensa mayoría de la sociedad.
Lejos de unirnos nos dispersamos y enfrentamos generando violencias sociales de todo tipo en los que no son ajenos esquemas anquilosados, cuestionados por la experiencia y los avances de la ciencia a lo largo de dos siglos.
Las ideologías de liberación, nacidas de la ilustración y la revolución francesa, situaron la libertad individual en manos del individuo dejando al estado su aspecto social. Doscientos treinta y dos años después los caminos creados para la transformación social no parecer ayudar en la reversión de estos graves riesgos.
El ser humano como, ser social e individual, es racional y emocional. Su comportamiento, originado por el deseo, la emoción y el conocimiento, está condicionado por la sociedad en la que vive. Como ser social el ser humano no es solo ‘yo’ sino también ‘nosotr@s’, de forma que ser social e individual se complementan.
Nuestra evolución, el cambio climático, la crisis del estado y del capitalismo globalizado, nos impulsan a encontrar una solución de Bien Común avalada por la ciencia para conseguir la felicidad personal y social, sin menoscabar la libertad individual. La lógica, combinada con los fundamentos del Bien Común, han tejido estas Tesis para que cualquiera las pueda usar.